Como hiciera el año pasado con Salomé, el Teatro Real de Madrid presenta del 3 al 22 de diciembre una nueva ópera del compositor muniqués Richard Strauss. Se trata de la obra que representa el retorno a las raíces neoclásicas: Der Rosenkavalier (El caballero de la rosa), donde el discurso leitmotívico wagneriano se imbrica magistralmente con identificables melodías a ritmo de vals vienés. La ópera cumplirá su primer siglo de vida a comienzos de 2011.
Esta producción de la nueva era Mortier del Teatro Real, procede del Festival de Salzburgo (1995) y de la Ópera Nacional de París. Cuenta con la dirección musical del maestro inglés Jeffrey Tate y la escénica del fallecido Herbert Wernicke, homenajeado del Real en esta nueva producción. Wernicke pretendió captar en este montaje el sentido humanista de las palabras de Hugo von Hofmannsthal, libretista de esta ópera. Los papeles principales serán interpretados por la soprano Anne Schwanewilms, que encarnará a La Mariscala , el bajo Franz Hawlata en el Barón Ochs, la mezzosoprano Joyce Di Donato como Octavian y la soprano Ofelia Sala en Sophie.
El Caballero de la Rosa es una ópera en tres actos estrenada en Dresde el 26 de enero de 1911. Esta obra rompe en estilo con las dos óperas precedentes de Richard Strauss, las vanguardistas Salomé (1905) y Electra (1909), donde desarrolló unas sonoridades ásperas y violentas heredadas del drama musical wagneriano pero que rozan el atonalismo, llegando a horizontes mucho más lejanos en los planos armónico y expresivo de lo que ya había alcanzado el Tristán e Isolda de Wagner en 1865.
Es El Caballero una obra más cómica y ligera que las anteriores, donde los enredos amorosos y la expresión lírico-poética se dan cita (podemos decir que evoca de forma muy libre y personal el carácter de Las bodas de Fígaro de Mozart-Da Ponte). Sin prescindir de la melodía infinita y los leitmotivs (gran parte del lenguaje musical es más diatónico que tonal), y el canto es declamado o recitado -parlato-), Strauss incorpora ritmos y melodías en tres por cuatro al estilo de los valses vieneses de finales del XIX que hacen más amable la escucha (el propio autor elaboró una suite de valses orquestales para que pudiera ser interpretada en las salas de concierto). Con esta obra el compositor alemán rinde un nostálgico homenaje al clasicismo vienés que representan las figuras de Mozart y Haydn.
Es El Caballero una obra más cómica y ligera que las anteriores, donde los enredos amorosos y la expresión lírico-poética se dan cita (podemos decir que evoca de forma muy libre y personal el carácter de Las bodas de Fígaro de Mozart-Da Ponte). Sin prescindir de la melodía infinita y los leitmotivs (gran parte del lenguaje musical es más diatónico que tonal), y el canto es declamado o recitado -parlato-), Strauss incorpora ritmos y melodías en tres por cuatro al estilo de los valses vieneses de finales del XIX que hacen más amable la escucha (el propio autor elaboró una suite de valses orquestales para que pudiera ser interpretada en las salas de concierto). Con esta obra el compositor alemán rinde un nostálgico homenaje al clasicismo vienés que representan las figuras de Mozart y Haydn.
La mezzo norteamericana Joyce Di Donato dará vida a Octavian
La acción
El argumento, ambientado en la Viena de mediados del siglo XVIII, narra la historia de la Mariscala María Teresa, Princesa de Werdenberg (soprano) de 32 años, y su relación con un joven apuesto mucho menor que ella, Octavian (papel masculino que interpreta una mezzosoprano que recuerda al Querubino de Las bodas de Figaro), de 17. La aristócrata es consciente de que la unión no durará eternamente, el joven la abandonará en breve, por la gran diferencia de edad. Se oyen ruidos fuera de la habitación y Octavian tiene que disfrazarse de doncella. Entra en escena Ochs, barón de Lechernau (bajo), primo de la Mariscala, que viene a avisar a su prima para que se disponga todo para su futura boda con Sophie (soprano), hija del rico comerciante Faninal (barítono). Para ello es necesario la recomendación de un notario y que alguien entregue una flor de plata a la novia, costumbre en la época. María Teresa le propone que el portador de la rosa sea el joven Octavian, a lo que Ochs accede, no sin disgusto del joven disfrazado, que es cortejado molestamente por el maduro barón, pensando que realmente se trata de una camarera.
El argumento, ambientado en la Viena de mediados del siglo XVIII, narra la historia de la Mariscala María Teresa, Princesa de Werdenberg (soprano) de 32 años, y su relación con un joven apuesto mucho menor que ella, Octavian (papel masculino que interpreta una mezzosoprano que recuerda al Querubino de Las bodas de Figaro), de 17. La aristócrata es consciente de que la unión no durará eternamente, el joven la abandonará en breve, por la gran diferencia de edad. Se oyen ruidos fuera de la habitación y Octavian tiene que disfrazarse de doncella. Entra en escena Ochs, barón de Lechernau (bajo), primo de la Mariscala, que viene a avisar a su prima para que se disponga todo para su futura boda con Sophie (soprano), hija del rico comerciante Faninal (barítono). Para ello es necesario la recomendación de un notario y que alguien entregue una flor de plata a la novia, costumbre en la época. María Teresa le propone que el portador de la rosa sea el joven Octavian, a lo que Ochs accede, no sin disgusto del joven disfrazado, que es cortejado molestamente por el maduro barón, pensando que realmente se trata de una camarera.
En la casa de Faninal todo está dispuesto para la boda de su hija Sophie. Octavian llega con la flor de plata para entregársela a Sophie, momento en el cual los dos jóvenes quedan prendados uno del otro. Sophie le comunica a Octavian que no está enamorada de Ochs y que no piensa casarse con él. El barón, al enterarse reta a un duelo a Octavian, venciendo éste y provocándole un rasguño al ofuscado barón. La "doncella" de Mariscala cita a Ochs en una posada: el barón, ebrio, se hace ilusiones de una posible aventura con la doncella de su prima en la famosa escena a ritmo de vals que cierra el segundo acto.
En una posada se prepara una pantomima para burlarse del barón por parte de Octavian. El barón es acosado por un aluvión de críos que le reclaman como padre, y aparecen por las puertas varios hombres que no paran de molestarle, lo que hace que Ochs llame a la policía. Al final todos los presentes que participaron en la broma hacen pagar al barón los gastos de la misma, el cual se retira, burlado, compuesto y sin novia.
La Mariscala, enterada del amor de los dos jóvenes, les dirige unas palabras cordiales y los tres entonan uno de los momentos más sublimes de la obra, tanto expresiva como musicalmente, antes de que María Teresa salga de escena, dejándoles solos. Ellos, tras jurarse amor eterno, también salen, Sophie dejando caer su pañuelo de encaje que es buscado y recogido por un criado de color. Significativo detalle este último.
Algunos números
Entre los números musicales destaco: el vibrante y voluptuoso preludio, al que sigue el flamante y apasionado dúo entre Octavian y la Mariscala (acto I), el aria del cantante italiano (una parodia que Richard Strauss realizó del estilo de canto por antonomasia, también del acto I), la distinguida escena de la presentación de la rosa entre Octavian y Sophie (acto II), el vals del Barón Ochs ebrio que cierra el II, la pantomima orquestal que abre el acto III y la culminante escena final, ese colosal trío entre los tres protagonistas (Octavian, Sophie y La Mariscala), a mi parecer, la cima armónica y melódica de toda la ópera, que sirve a su autor para rubricar una de las obras maestras de su producción lírica y de la Historia de la Ópera.
Más información (Web del Teatro Real):
Libreto de la ópera aquí.
Presentación de la rosa (Acto II)
Escena final
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