"Rinaldo y Armida", por François Boucher, 1734
Un año más tarde la obra se reestrenó en Londres, lo que significó la instalación definitiva del músico alemán en la capital británica, con un público que aclamaba y celebraba sus nuevas producciones, llegándose a convertir en el compositor de ópera más celebre de la ciudad del Támesis.
Rinaldo, ópera seria en tres actos, está inspirada en el poema épico La Jerusalén liberada, del renacentista Torquato Tasso (poeta al que Franz Liszt inmortalizó en su célebre poema sinfónico Tasso. Lamento y Triunfo), y narra la historia de los amores entre el soldado templario Rinaldo y la bella Almirena, así como las argucias diabólicas que lleva a cabo entre ambos la malvada hechicera Armida (protagonista de una ópera homónina de Jean Baptiste Lully estrenada 25 años antes, en 1686) con la Primera Cruzada (año 1100) como telón de fondo. Rinaldo es el prototipo de ópera barroca italiana, en una época en la que, en Europa, imperaba este idioma en el género operístico. El tema de la ópera es una mezcla de historia y mitología, ya que posee elementos fantásticos en relación con los hechos históricos narrados.
El desarrollo de la tragedia se divide, esencialmente, en una sucesión de arias de cada personaje unidas mediante recitativos. Por lo tanto encontramos un amplio protagonismo de las voces solistas. Las arias de estas óperas están formadas por una estructura tripartita, la tercera de las partes es repetición de la primera (lo que se conoce como aria da capo), aunque adornada libremente con florituras, ornamentaciones e improvisaciones, todo ello para procurar el lucimiento del intérprete vocal. Lo que vehicula la acción de estas óperas, y por ende, lo que hace avanzar la historia, son los breves recitativos secos (voces solas o en diálogo con otras recitando el texto, acompañadas únicamente por el bajo continuo -clave, clavecín o clavicémbalo + violonchelo-), mientras que las arias (verdadero sustrato musical de la obra) son aquellos momentos en los que el personaje da rienda suelta a la expresión interna de sus sentimientos: ira, alegría, esperanza... A pesar de encontrarnos con una ópera dominada por las arias de cada solista vocal, también encontramos, aunque en menor medida, una serie de dúos entre soprano y mezzo (o contratenor), soprano y bajo...
Retrato de Haëndel, por Balthassar Denner (1727)
Una particularidad: el personaje masculino titular, Rinaldo, se interpreta usualmente por una mujer (mezzo o contralto) o, más en nuestros días, por un contratenor (voz masculina), ya que en la época estos papeles eran escritos para los famosos castrati, con un tipo muy peculiar de voz que en la actualidad es imposible de obtener, por lo que debemos conformarnos con meras aproximaciones de timbre y extensión vocal.
El propio compositor alemán, más tarde nacionalizado británico, fue introduciendo nuevas arias en Rinaldo conforme se iba reponiendo la obra en Inglaterra, ya que el público fiel a la ópera demandaba novedad y vistosidad en un género como éste, práctica inconcebible en décadas posteriores.
Las dos arias de la ópera que gozan de mayor celebridad son: el bello "Lascia ch' io pianga, mio cruda sorte" (Almirena) y el "Cara sposa, amante cara", que canta el personaje titular de Rinaldo, ambas en el acto segundo.
Aquí dejo la primera de las arias mencionadas, que se interpreta en un momento de la controvertida película Farinelli, el castrato, que narra la vida del castrato más famoso de la historia, auténtico ídolo de masas del siglo XVIII. No obstante, el filme está plagado de irrealidades, como presentar a Haëndel como un auténtico villano. Pero pese a todo, sirva como ilustración.
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