Carlos Berzosa, nuestro "ínclito" rector Complutense (no sabemos si por mucho tiempo), presentó el pasado 3 de febrero en el Rectorado junto al concejal del distrito, Álvaro Ballarín, la programación de invierno del ciclo; para la propia vanagloria de Berzosa, por poseer el Auditorio Ramón y Cajal de la Facultad de Medicina como uno de los escenarios de estas actividades (precisamente la primera representación de la ópera mozartiana ha sido efectuada en dicho escenario, el día 25 de febrero).
Sobre la ópera
La Flauta Mágica de Mozart es la penúltima ópera escrita por el salzburgués. Se trata de un singspiel en dos actos, esa forma musical escénica alemana de tema cómico integrada por partes habladas y partes cantadas (ya sabéis, algo similar a nuestra querida zarzuela).
Fue estrenada en 1791 en el Theater auf der Wieden (Viena) con un éxito apoteósico. Lamentablemente Mozart moriría muy poco tiempo después pobre y olvidado por todos. A Mozart le fueron encomendados sendos encargos teatrales pocas semanas antes de fallecer (el postrero sería su magistral Réquiem). El primero de ellos, oficial, provenía de Praga, y debía celebrar con una ópera (a lo grande, estos monarcas no escatiman gastos), la coronación del emperador Leopoldo II como rey de Bohemia. Para él compuso La clemenza di Tito. El segundo encargo, más informal, sería destinado a divertir a un público juerguista que esperaba ver una "ópera de temática mágica", modalidad en boga en aquellos años. Y para este último encargo Mozart nos regaló el prodigio musical de su Flauta Mágica, eligiendo la forma singspiel como más idónea para la obra, al contrario que en La Clemenza, donde siguió utilizando el esquema de la ópera italiana (con recitativos secos), como había hecho en su trilogía Da Ponte: Las bodas de Fígaro, Don Giovanni y Così Fan Tutte.
Emanuel Schikaneder, amigo y compañero de logia masónica de Mozart, era el propio empresario del teatro destinatario del estreno, y por lo tanto buscó el tema propicio para la obra, convirtiéndose en su libretista. Para ello remodeló y adaptó un tema no original, con un argumento casi de cuento para niños. Además interpretó al primer Papageno.
Se dice, y es muy cierto, que la ópera está plagada de símbolos masónicos, y sobre todo en torno al número tres, la perfección divina (tres acordes de metal en la obertura, tres niños pajes, tres damas, tres pruebas de iniciación, etc). Todo ello de una forma subrepticia, ya que la masonería estaba perseguida oficialmente en aquellos años, con lo que la ópera se convertía en un buen pretexto propagandístico de esa nueva forma de entender la vida y la religión.
Para su penúltima ópera, el genio de Mozart escribiría una de las más emocionantes, espirituales e inspiradas músicas jamás compuestas para una obra lírica, ningún fragmento de la obra decae en belleza o expresividad. Es para quien os habla, y para muchísimas personas, una obra maestra inigualable. Algo insuperable que la genialidad del ser humano es capaz de crear una sóla vez en la historia.
Papageno, el pajarero, en una ilustración de la época
Para ampliar información sobre esta ópera, de la que nunca se acabaría de hablar, recomiendo consultar el completísimo post del blog Mis Óperas Favoritas, aquí.
Libreto de la ópera
Y aquí, la histórica película del mítico director Ingmar Bergman (1975), la ópera está cantada en sueco. Para gustos, los colores.
Escena de Papageno, los tres genios y Papagena (Acto II)
3 comentarios:
Vivaaa la opera
una pregunta como pones esto de interesante sí o no
aaa ayer puse un nuevo post, opina en el.
A ver si te sé guiar.
Te vas a la pestaña DISEÑO de tu blog. Una vez allí busca ENTRADAS DEL BLOG, y pinchas en EDITAR. En la ventana que te aparecerá, buscas donde ponga REACCIONES, y ahí ya editas a tu gusto las reacciones que desees que aparezcan debajo de cada entrada que publiques. Yo personalmente en REACCIONES quito esta palabra para poner la pregunta ¿Interesante? y luego las respuestas: Sí y No.
Espero no haberte liado.
Un saludo.
Gracias Herman, voy a ver si se hacerlo.
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