sábado, 4 de junio de 2011

Los enredos del barbero Fígaro, en 3D desde el Real

Desde el pasado 30 de mayo se está representando Las bodas de Fígaro de Mozart en el Real madrileño (una ópera de repertorio, ¡cuánto echaremos de menos este tipo de óperas en la próxima temporada!). Se trata de una reposición de la producción del propio Teatro Real efectuada en 2008, coproducida con la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO), el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria y el Teatro Nacional de Ópera y Ballet de Lituania, que se podrá ver en las salas Cinesa en formato 3D este lunes 6 de junio (20:00 horas).


El sistema Orbyt del periódico El Mundo la retransmite el 4 de junio (Pedro Jota ha deseado rentabilizar la ópera en el formato digital de pago de su diario). Asimismo, el Real colocará una pantalla gigante en la Plaza de Oriente, desde la que se retransmitirá en directo la función, como es costumbre todos los años. Y aún hay más: para aquel que quiera presenciarla desde su propio hogar en Internet, igualmente se emitirá en streaming a través de PalcoDigital.com

El maestro Víctor Pablo Pérez en el foso y Emilio Sagi en la dirección escénica se rodean de un interesante e internacional reparto formado por: Nathan Gunn (Conde de Almaviva), Annette Dasch (Condesa de Almaviva), Aleksandra Kurzak (Susanna), Pietro Spagnoli (Fígaro), Alessandra Marianelli (Cherubino), Jeannette Fischer (Marcellina), Carlos Chausson (Don Bartolo), Raúl Giménez (Don Basilio), Enrique Viana (Don Curzio), María Virgina Savastano (Barbarina), Miguel Sola (Antonio). Para ver más Mozart en el Real habrá que esperarse hasta el año que viene, cuando se pondrá en escena una única ópera del siglo XVIII en toda la temporada del coliseo: La Clemenza di Tito.



De Le mariage de Figaro a Le nozze di Figaro

La primera ópera escrita en colaboración con el atrevido libretista Lorenzo Da Ponte (abate y mujeriego empedernido huido de la ciudad de los canales), se inspira en la segunda parte de las aventuras del famoso barbero sevillano Fígaro, escrita por Pierre Augustin Caron de Beaumarchais (la primera parte, El barbero de Sevilla, sería musicada años más tarde -1816- por Rossini). El asunto tenía su peligro: la pieza teatral del escritor francés estaba prohibida en casi toda Europa por motivos políticos (la "prerrevolucionaria" obra era una ácida y subversiva crítica a la nobleza y a sus privilegios feudales, como el derecho de pernada) con lo que Da Ponte hubo de expurgar su contenido estrictamente político para poder presentarla en la distinguida corte del emperador José II.

Da Ponte, consumado intrigador, fue a presentarse hasta al mismísimo emperador José II para que le permitiera estrenar la ópera, pese a estar prohibida la obra de teatro sobre la que se basaba. La ópera finalmente vio la luz el 1 de mayo de 1786 en el Teatro de la Corte Imperial y Real de la capital austríaca (por lo tanto este año celebramos el 225 aniversario de su estreno). El público consideró la ópera como larga y compleja, y desapareció de cartel barrida por Una cosa rara de Martín y Soler, el rival español de Mozart.



Algunas características de la ópera

En esta obra maestra donde las haya el genio de Salzburgo no se basó en los esquemas convencionales de la ópera italiana, Cansado ya de ellos, necesitaba adaptar un nuevo tipo de teatro que imbricara música y palabra. Recurrió magistralmente a la técnica de la caracterización musical; encontramos en la ópera dos estamentos sociales claramente diferenciados y distanciados: por un lado la nobleza (el Conde de Almaviva, la Condesa Rosina, el doctor Don Bartolo, el profesor de canto Don Basilio) y por otro los plebeyos (el barbero Fígaro, su novia Susanna, el paje Cherubino, el ama de llaves Marcellina, Antonio el jardinero, su hija Barbarina).

En esta ópera bufa italiana (un auténtico prodigio desde el punto de vista del ritmo músico-teatral) el genio de Mozart consiguió hacer avanzar la acción introduciéndola en el mismo sustrato musical (sobre todo en los concertantes finales de los actos segundo y cuarto), con lo que en los recitativos secos no es únicamente donde se suceden los acontecimientos de esta "loca jornada" (la trama de la ópera se desarrolla en menos de 24 horas, con una duración total de tres horas).

Otra particularidad o exclusividad añadida de la obra es la dificultad que experimenta el hecho de reunir una enorme cantidad de personajes en escena (Mozart tuvo que manejar un conjunto vocal de 11 solistas vocales, algo inédito en la época), que es en los vistosos concertantes cuando la mayoría de los personajes se congrega en el escenario.



Principales números musicales

La vivacidad y el ritmo impetuoso que destila la obertura pone en antecedente al espectador respecto a la vertiginosidad de esta "alocada jornada" (subtítulo de la obra). Abre el primer acto un dúo entre Fígaro y su novia Susanna, donde ambos miden la habitación en la que dormirán, dúo de una puerilidad encantadora, subrayado por una música deliciosa ("Cinque, dieci, venti"), que lleva a un nuevo dúo donde cada uno hace la onomatopeya del timbre de llamada de la habitación, según lo haga sonar el Conde: "Dong, dong", o la Condesa: "Ding ding". La primera intervención solista de Fígaro (Recitativo: "Bravo signor padrone" y aria "Se vuol ballare, signor contino") sugiere irónicamente un baile a ritmo de guitarrino, que en realidad será la burla que prepara hacia su amo el Conde. El aria de la "vendetta" de Don Bartolo (bajo bufo) se puede entender como una concesión a este tipo de cuerda vocal. El paje Cherubino (mezzosoprano) (personaje travestido) hace su primera entrada en escena con el encantador aria "Non so più", un sensible momento que refleja el despertar amoroso del adolescente. La entrada de las campesinas portando flores ("Giovani liete, fiori spargete") llevará al final del acto primero, con otro aria de Fígaro (quizá el fragmento más popular de la obra): "Non più andrai", en esta ocasión dirigida al paje, que, por orden del Conde, debe alistarse en el ejército, situación que aprovecha el barbero para mofarse del joven a ritmo de una pomposa marcha militar ("Cherubino alla vittoria, alla gloria militar!").

El acto segundo se abre con la primera de las dos arias de la Condesa ("Porgi amor") caracterizada por una envolvente y apacible introducción en las cuerdas y las maderas tras la cual la soprano desarrolla una no menos delicada melodía. En el segundo y famoso aria de Cherubino, "Voi che sapette", con acompañamiento de las maderas bajo el pizzicato de las cuerdas, el paje sigue con el mismo tema, el del amor, preguntando por él a Susanna y la Condesa. "Venite inginocchiatevi" es el primer aria de Susanna en esta ópera. El final del acto segundo se caracteriza por la sorprendente inventiva melódica que hace desarrollar los acontecimientos en un ritmo vertiginoso: de un primer terceto entre los personajes de Susanna, el Conde y la Condesa, Mozart nos introduce sin solución de continuidad y sin darnos apenas cuenta en un cuarteto con la entrada del barbero, para pasar luego a un quinteto (entra el jardinero quejándose de que alguien ha caído por la ventana y le ha estropeado las plantas) y finalmente a un septeto (entran Marcellina, Basilio y Bartolo) llevando a una escena de conjunto final trepidante donde las haya.


El acto tercero se abre con un simpático duettino entre el Conde y Susanna, que se caracteriza por los Síes y los Noes que da la criada al Conde a las preguntas de éste. Le sigue el pomposo aria del Conde ("Hai già vinta la causa") donde airado se jura a sí mismo venganza al descubrir que es objeto de burlas por parte de Susanna y el barbero. Quizá el número donde más se demuestra el carácter bufo de esta ópera es el Sexteto entre los personajes de Marcellina, Fígaro, Bartolo, Don Curzio, el Conde y Susanna ("Riconosci in questo amplesso") donde se descubre que el barbero es hijo de Marcellina y Bartolo, a pesar de que el Conde casi obliga a Fígaro a casarse con Marcellina por deberle una deuda monetaria; excepto Marcellina y Bartolo, los demás personajes, asombrados, se dicen unos a otros tras descubrir los parentescos: -Sua madre?, -Sua madre, -Suo padre?, -Suo padre; en este mismo número Susanna, al entrar en escena ignorando el parentesco, abofetea a Fígaro al descubrirle abrazado a Marcellina. El segundo aria que protagoniza la Condesa ("Dove sono") es uno de los momentos más mágicos y etéreos de la partitura, una bellísima melodía acompañada por los suaves acordes del clarinete y en la rítmica parte final, por el oboe. "Canzonetta sull'aria" se trata de un encantador e intrascendente dúo entre Susanna y la Condesa donde ambas escriben la nota burlesca que el Conde recibirá. El final del acto lo encabeza el ritmo lejano de una marcha nupcial española a ritmo de fandango que se irá aproximando progresivamente. Un coro final junto a dos muchachas jóvenes lanzan loas al Conde ("Amanti costanti") mientras se urde la trama de Susanna y la Condesa en torno al esposo de ésta.

En el cuarto acto el personaje de Marcellina hace su única intervención solista en el aria "Il capro e la capretta", el cabrito y la cabrita, en alusión a las parejas; un aria de denuncia del trato ingrato y cruel de los hombres a las mujeres. Fígaro, en su vibrante tercera aria ("Aprite un po 'quegli occhi") advierte sobre la maldad de las mujeres subrayado al final por los sones rítmicos de las trompas, que sugieren los cuernos de los maridos engañados. El segundo aria de Susanna en esta ópera está marcada a ritmo de siciliana ("Deh, vieni non tardar"), bellísima página de lucimiento vocal en el registro agudo de la soprano. El final del acto está igual de desarrollado vocal y teatralmente que el que concluye el segundo: es la consumación del enredo y la burla para el Conde ("Pian pianin le andrò"); que lleva a la aparición del galanteador paje Cherubino haciendo la corte a Susanna pensando que es la Condesa (ambas llevan la ropa de cada una), a lo que sigue un dúo de discusión entre Fígaro y Susanna ("Tutto è tranquillo e placido", con más bofetadas de Susanna a Fígaro) pero en el que felizmente se reconcilian: "Pace, pace mio dolce tesoro". Todo ello desemboca finalmente en el "Gente, gente! All'armi!", que es cuando irrumpe en escena el enojado Conde convocando a toda su corte al completo, por lo que progresivamente van apareciendo en la escena los once personajes solistas de la ópera, que en un alocado crescendo, concluirán de forma feliz esta "loca jornada", valga la redundancia.


Argumento (www.fiorellaspadone.com)

Libreto

Aquí os dejo el vídeo promocional de la ópera que incluye el Teatro Real en su web:

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